5 de agosto. Viernes XVIII Tiempo Ordinario
Esta madrugada se nos ha muerto Mikel de Viana. Compañero de comunidad que en su día decidió seguir a Jesús en Venezuela. Un hombre con una gran intuición y finura espiritual que tuvo que cargar con cruces no pequeñas en su vida.
El Evangelio de hoy nos recuerda que el seguimiento no es algo virtual, sino que es asumir responsabilidades y con ellas las cruces que conllevan. El Evangelio habla de esa libertad profunda del enamorado que asume las consecuencias del amor con toda lucidez.
Hoy querría dar gracias por la vida de Mikel, y que como tantas otras personas nos dejan el recuerdo y el regalo de su vida. En ese recuerdo agradecido va también la oración y que desde esos santos interpelantes por nosotros siga con nosotros. Feliz viernes.
Tuve la suerte de compartir con Mikel la docencia en la Facultad de Teología de Deusto y de conocer algunos de los muchos sinsabores que saboreó tanto en Venezuela como en Bilbao. Pero ya descansa saboreando la PAZ que tanto ansiaba.