19 de mayo, Viernes VI semana de Pascua
A veces en la vida nos sentimos como una montaña rusa, a veces arriba llenos de alegría y otras abajo llenos de tristeza. Hay ocasiones en las que nos dicen que deberíamos estar alegres, pero nos sentimos tristes y al contrario; y con ello nos extrañamos hasta de nosotros mismos.
Jesús habla del horizonte de la alegría en diálogo con el paso por la tristeza. Los discípulos tenemos que comprender que la vida es complicada y la felicidad que puede signficar el dar a luz, no está exento ni de dolor ni a veces de tristeza.
Hoy podríamos encender el medidor de alegría. A modo de pulsómetro ver cómo están nuestros picos de alegría y de tristeza. Se trata de entrenar para la alegría de la que Jesús nos habla. Feliz viernes.