Lecturas 30 de agosto. Domingo XXII tiempo ordinario.
En general solemos pensar como nos han enseñado en nuestra vida, por tanto lo normal es que pensemos según el sentido común de nuestro entorno. Ese sentido común nos lleva a interpretar la realidad y a tomar las decisiones sobre nuestra vida de un modo determinado, pero poco reflexionado.
Jesús abronca a Pedro porque todavía no se entera de qué va eso del Reino y de la misión de Jesús. El viejo Pedro todavía tiene que aprender lo fundamental de Jesús para convertirse en un nuevo Pedro que será el discípulo que luego lideraría las primeras comunidades cristianas.
Seguir a Jesús significa desaprender algunas cosas que damos como obvias. La lógica de Dios es bastante distinta y a la vez parecida a la nuestra y no es otra que la lógica del amor que se da y que se vacía. Seguir a Jesús es hacernos sabiamente ignorantes para reaprender lo que es el evangelio hecho vida.