15 de agosto. Jueves de la XIX semana del tiempo ordinario.Asunción de la bienaventurada Virgen María
Nuestras fiestas son encuentros de alegría que se vinculan a la fe. Son encuentros en los que la alegría nos transforma y nos hace ver la vida de una manera distinta. Es un modo de entender que la fiesta es parte de nuestro modo de vivir y de crecer.
El Magnificat, es un cántico de alabanza y gratitud que revela su profunda fe y humildad. En él, María, en el contexto del encuentro con Isabel, no solo agradece las bendiciones personales recibidas, sino que también proclama la justicia y la misericordia de Dios para con todos los oprimidos y necesitados.
Hoy podríamos pensar cómo respondemos a las bendiciones en nuestras vidas y cómo podemos ser portadores de alegría y esperanza para los demás. Podríamos recordar que la fe no es algo que debamos guardar para nosotros mismos, sino algo para ser compartido y celebrado en comunidad. Feliz día de la Virgen.