Lecturas 3 de noviembre. Martes XXXI Tiempo ordinario.
El mercado está lleno de distintas «invitaciones» para que consumamos, personas que nos llaman desde la perta de los locales, anuncios, publicidad emplazada, y todo el arsenal que el marketing emplea para que consumamos.
Hoy la propuesta de Jesús es la del Padre. En la imagen den banquete se nos invita a que participemos de la alegría compartida. Se trata de un banquete que algunos han rechazado, pero que este padre sale al encuentro de los comensales en los cruces de los caminos.
¡Qué diferencia! En nuestras sociedades valladas impedimos que la gente venga a nuestro banquete, pero tampoco es que se pueda decir que lo disfrutemos. Tenemos una agenda ocupadísima para no atender al encuentro de la mesa compartida. Lo nuestro siempre es prioritario, y así nos va.