Vio y creyó

27 de diciembre, sábado San Juan, apóstol y evangelista.

En nuestra sociedad, la increencia se ha vuelto casi el aire que se respira, más por cansancio que por mala fe. Nos cuesta confiar en lo que no se puede medir, y a menudo reducimos la vida a lo útil, lo inmediato, lo demostrable.

En el relato, todo gira cuando el discípulo entra y ve, y ahí sucede el salto. No ve una prueba aplastante sino unos signos discretos, los lienzos y el sudario en su sitio, y eso le basta.
Vio y creyó, porque su mirada estaba entrenada por el amor y por una memoria compartida.

Que nosotros aprendamos a reconocer señales de vida allí donde otros solo ven ausencia.
Que nosotros nos atrevamos a confiar de nuevo, cuidando una mirada limpia, paciente y agradecida. Feliz sábado.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.