Lecturas 10 de octubre. Jueves XXVII tiempo ordinario
En contextos donde parece que cuanto peor mejor, es interesante que nos saquen de dinámica y nos pongan en otra de decir a las otras personas que son dichosas. Se trata de hacer un ejercicio similar al que los irreverentes Monty Python hacían invitántodonos a mirar el lado bueno de la vida.
El Evangelio de hoy reconoce a María la madre de Jesús y la llama dichosa. Jesús acoge el cumplido y lo extiende a aquellas personas que escuchan la palabra. En ello María también fue la primera.
Vivir en dicha, ser dichosos tiene un punto de vivirse desde Dios. Por desgracia los golpes de la vida son muchos a dichosos y no dichosos, pero el asunto está en cómo acoger y vivir esas dificultades. Ya lo dice Jesús, dichoso el que escucha la palabra que es la que nos llevará a las bienaventuranzas. Pero hoy termino con homenaje a las madres: dichosas las madres que nos amantaron.