Benditos de mi Padre

2 de noviembre, Miércoles, Conmemoración de todos los fieles difuntos

A pesar de la creciente vanalización de Halloween, el ser humano siempre ha tenido un tiempo para recordar a sus difuntos. Es un tiempo en el que de manera especial nos sentimos un «nosotros» más amplio que el que nos vemos habitualmente.

En este texto del Evangelio se nos recuerda la continuidad que hay entre la vida y la muerte. Esos actos que hayamos hecho en lo que llamamos vida, tiene continuidad en adelante. En este caso se utiliza la imagen del juicio para que tengamos precisamente este juicio ahora y atendamos a los que tienen hambre, sed, sean forasteros o estén enfermos o presos.

Hoy podríamos hacer más fuerte el sentimiento de unidad con los nuestros. Con aquellos que se nos han ido, y que son parte de nuestra identidad compartida, y con aquellos que están con nosotros. Se trata de hacer comunión. Feliz miércoles.

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