Lecturas 10 de noviembre. Miércoles , Semana XXXII tiempo ordinario
A veces vivimos creyendo que somos el centro del mundo y que todo lo que tenemos y nos pasa es gracias a nosotros mismos. Es vivirnos todo el rato mirándonos al espejo que nos dice lo guapos que somos, aunque me temo que la realidad es distinta.
La clave del Evangelio de hoy está en la diferencia entre el que agradece y no lo agradecen. El agradecido resulta ser un extranjero, alguien que no puede dar gloria a Dios es que se mueve para dar gloria a Dios y esa fe es la que le da vida.
La propuesta de hoy sería mirar por tantas personas a las que tengo que dar gracias. Entre lo sencillo de cada día, el chófer del autobús, la persona que me atiende en la cafetería, quien me ha regalado la camisa,… y los que me quieren de cerca son personas que me hacen la vida mejor. A todas ellas mila esker. Feliz miércoles.