Vivimos en tiempos en que se discute por todo, que si hace sol o que sino, el gobierno, el equipo de fútbol, en familia, en pareja, en cuadrilla, en comunidad,… ¡Qué pereza! Pero resulta que nos encanta y que al igual que los discípulos nos encanta discutir por el camino.
Jesús aprovecha que los discípulos discuten y cuchichean entre ellos para hablar de lo importante, ¿Quién es el primero? El último, los pequeños son los importantes en el Evangelio, y eso es algo que sorprende en la vida social de su tiempo y en la de nuestro tiempo.
Hoy os invito a dar el paso atrás en la discusión. A tomar conciencia de ser los pequeños, que de tal manera no pueden ni discutir porque no se les considera interlocutores para ningún diálogo en la sociedad. A dar ese paso atrás en la palabra y a dar el paso adelante en el servicio. Seguro que la perspectiva es distinta. Feliz domingo.