10 de agosto, Jueves XVIII semana tiempo ordinario. San Lorenzo, diácono y mártir
Hace unos años empezó una moda de casarse con uno mismo (soligamia). Se trata de un fenómeno que puede ilustrar dos peligros, uno lo poco que nos queremos nosotros mismos o justo el contrario la poca capacidad de amar a otro(s).
Jesús nos ofrece un criterio de discernimiento para la vida. Nos pone a elegir entre mirarse a uno mismo y ser el centro de la vida, o la posición contraria, salir de uno mismo y entrar en la dinámica del servicio. Obviamente la opción del Reino es la de salir de nuestro propio querer e interés.
Esto de amar es un arte y no es una ciencia. Es un arte que se aprende amando y por tanto es un camino que incluye heridas que a su vez nos dan miedo y dificultan nuestras capacidades de amar. Un modo de abordarlo también podría ser amar nuestras propias heridas para seguir amando a los demás. Feliz jueves.