Es el mercado, amigo

8 de noviembre, Martes de la XXXII semana del tiempo ordinario Dedicación de la basílica de Letrán 

No hace tanto una persona destacada respondía a la pregunta de un periodista con la frase «es el mercado, amigo». El asunto es que hemos visto que muchas esferas de nuestra vida se han visto mercantilizadas, desde la religión, la salud, el cuerpo,… y que son esferas demasiado humanas para convertirse en mera mercancia.

Jesús denuncia la mercantilización de Dios. El Templo de Jerusalén era el espacio de encuentro con Dios, sólo que se convierte en negocio imponente para algunos. Para Jesús el acceso a Dios es gracia, es decir es gratis; y abrirá el espacio de encuentro con Dios al mundo entero.

Hoy podríamos dedicar un tiempo para encontrarnos con la gracia, con lo gratuito. Se trata de reservarnos un momento, un espacio que estemos libres de negocio. Un café, una conversación, un te quiero, un paseo, una sonrisa, un perdón son gestos que pueden ser gratuitos como Dios. Feliz martes.

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