5 de septiembre. Lunes de la XXIII semana del tiempo ordinario
Es curioso como siempre hay personas que están dispuestas a enfadarse, están al acecho de que cualquier cosa les sirva de pretexto para mostrar su enfado. Ya se dice que es como el perro del hortelano, que ni come, ni deja de comer. Dinámicas como ésta bloquean muchas posibilidades de transformación social.
En el episodio de hoy son los escribs y fariseos los que están al acecho de Jesús. Un hombre que es distinto a lo habitual y que lo van a ver como amenaza hasta tal punto que lo condujeron a la cruz. Y eso paó porque estaban al acecho de lo que hacía o dejaba de hacer, sin tener en cuenta los damnificados de la ley.
Hoy podemos estar al acecho pero para lo bueno. Podemos estar atentos a alabar en lugar de cristicar, podemos estar atentos a ayudar en lugar de estorbar y podemos estar atentos a bendecir en lugar de maldecir. Feliz lunes.