Hijos del mundo y de la luz

4 de noviembre, Viernes de la XXXI semana del tiempo ordinario

Hya veces que se nos plantea una falsa dicotomia entre ser bueno y ser tonto. Parece que el bueno tiene que ser tonto de cara a «prosperar» en la vida. La verdad es que son cosas distintas, una es ser buena y otra es ser tonto, y el desempeño en la vida nos enseña que hay que ser buenos y listos.

El Evangelio es para la vida real. La propuesta de Jesús es para aquellos que hacen negocios, para aquellos que están en las fronteras y que por tanto requieren tanto de astucia como de bondad. Ser hijos de la luz, implica también tener la sabiduría suficiente para iluminar hasta los aspectos más oscuros de la vida.

Hoy viernes podríamos mirar a nuestro lado cuántas personas de luz tenemos. Esas personas, que en la vida real, son capaces de inspirar e iluminar. Se trata de reconocer que somos hijos de este mundo y que somso hijos e hijas de la luz. Feliz viernes.

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