15 de septiembre, Viernes XXIII, tiempo ordinario. Bienaventurada Virgen María de los Dolores
Este mundo crucifica a demasiada gente de distintas maneras. Los crucificados son las víctimas que producen la violencia, las injusticias y la inhumanidad. Demasiadas veces hasta en la misma cruz se encuentran solas.
Las mujeres y Juan estaban con Jesús, junto a la cruz. En un escenario tan tenebroso, Jesús habla con su madre y con su amigo y sella una nueva relación. Después de la cruz vendrá algo nuevo que renueva la vida con unos horizontes antes no pensados.
En la medida en que nos han acompañado en las grandes o pequeñas cruces que nos han tocado vivir, sentimos que estamos invitados a estar junto a la cruz con los crucificados. Se trata de acercarnos a estas personas vulnerables para decir que no están solas. Feliz viernes.