18 de junio, Miércoles de la XI semana del tiempo ordinario
Vivimos en una época donde lo visible es lo valioso. Las redes sociales premian la exposición constante, y el reconocimiento público se ha vuelto casi una necesidad emocional. Pero no todo lo valioso necesita ser visto para existir.
El Evangelio nos invita a cultivar una autenticidad silenciosa, lejos de los focos. Lo más genuino nace en lo escondido por medio de la generosidad discreta, la búsqueda sincera y el compromiso sin aplausos. En lo oculto se cocina lo visible.
Hoy podríamos mirar lo que motiva nuestros gestos y lo que realmente buscamos al actuar. Se trata de valorar lo invisible; ese lugar profundo donde nace la coherencia, y desde donde, sin estruendo, se transforma el mundo. Feliz miércoles.
