30 de julio, Domingo XVII del tiempo ordinario
A medida que más cosas tenemos parece que menos alegres estamos. Parece que el estar lleno de cosas nos enfada más y nos hace menos alegres. Eso puede ser porque nos hacemos más incapaces de encontrar y reconcoer los auténticos tesoros de la vida, y ponemos la esperanza en cosas que no dan vida.
El Reino de Dios es como un tesoro que nos llena de alegría. Se trata de algo que nos da vida, que nos ahce focalizar la atención de una manera nueva y nos hace valorar la realidad de tal manera que nos cambia la vida.
La alegría suele ser uno de los rasgos del Reino y puede ser una pista para nuestras vidas. Ver si caminamos hacia la alegría o ver si caminamos hacia el enfado suele ser una señal de por dónde vas nuestras vidas. Feliz domingo.