Lecturas 22 de diciembre. Martes
Se me hace difícil recordar un programa de televisión o de radio que se dedique a felicitar a la gente. En este gran escenario que es la vida, los espectadores nos dedicamos mucho más a criticar que a disfrutar y felicitar. De hecho el show consiste en disfrutar de la acción de criticar todo.
El Evangelista nos muestra el Magnificat (El Señor ha hecho cosas grandes. Es la oración de la mujer del pueblo de Nazaret que es capaz de ver la acción de Dios en la historia. Una acción que es parcial y especialmente dirigida a los pequeños de este mundo.
Son días de Navidad que se convierten en complicados en este contexto pandémico. Creo que es una ocasión estupenda para poner en juego nuestra capacidad de construir a través de las palabras, nuestra capacidad de reconocer y felicitar a los que tenemos al lado. Ya hay mucho Grinch suelto por ahí, aprendamos de María.
Yo quiero unirme a San Francisco de Asís y desearte Feliz Navidad y acompañarlo con este pensamiento…
Decía san Francisco a los sacerdotes: -Oídme, hermanos míos: si la bienaventurada Virgen es tan honrada, como es digno, porque llevó al Señor en su santísimo seno; si el Bautista se estremeció y no se atrevía a tocar la cabeza santa de Dios; si el sepulcro, en el que yació por algún tiempo, es venerado, ¡cuán santo, justo y digno debe ser quien toca con sus manos, toma en su corazón y en su boca y da a los demás para que lo tomen, al que ya no ha de morir, sino que ha de vivir eternamente y ha sido glorificado! (CtaO 21-22).