Lecturas 30 de julio. Viernes XVI I semana tiempo ordinario
Demasiadas veces hablamos sin saber. La pandemia nos ha evidenciado cómo hemos hablado y hablado, sin realmente saber de la cuestión. Esta ignorancia se expresa con mayor crudeza en las redes que amplifican la mentira, pero sobre todo el desconocimiento.
Los vecinos de Jesús son como el hijo del padre del hijo pródigo, que no conocen ni a su hermano ni al Padre. Han vivido con él, creen que saben de él; pero en realidad no saben quién es Jesús.
A veces nos quedamos en el titular, o en las etiquetas que ponemos a las personas, pero si rascamos un poco vemos que no conocemos a la gente ni a Jesús. La propuesta de hoy consiste en dar un paso a atrás, a ser humilde y reconocer que tenemos mucho que aprender de la gente que nos rodea que nos va a sorprender con otras capacidades que sobrepasan la etiqueta que ya le hemos puesto. Feliz viernes.