27 de septiembre. Lunes de la XXVI semana del tiempo cordinario
La vida está llena de enceuntros, muchos están llenos de hospitalidad, pero aún demasiados son poco hospitalarios por no decir hostiles. En tiempos en que lo de fuera nos da miedo y en que creemos que lo nuestro es lo mejor, nos convertimos en sociedades que se convierten hostiles especialmente para los migrantes de algunos lugares.
A Jesús no lo reciben porque parece alguien que va a Jerusalén. Jerusalén es la ciudad santa que mata a los profetas. Lucas utiliza este lenguaje apocalíptico como anticipo de lo que Jesús vivirá más adelante.
Como aquellos que no recibieron a Jesús a veces nosotros cerramos las puertas a personas y experiencias que nos abren a nueva vida. Hoy podríamos recordar todas las veces en que otros nos han acogido, cuando podrían no hacerlo, y agradecer lo bueno que ha sido para nuestras vidas. A todos mila esker. Feliz martes.