Lecturas 17 de junio, miércoles, XI semana del tiempo ordinario
Lo que conocemos como postureo no es sólo cosa de redes sociales, sino que es tan viejo como el ser humano, tal y como lo podemos observar en el evangelio de hoy. Hoy está potenciado por las redes sociales cuyo uso intensivo nos ha incorporado un neologismo que es la palabra extimidad, que consiste en exhibir lo íntimo.
Jesús nos invita a que lo que hagamos sea, no para que nos vean, sino por el convencimiento de nuestra relación con Dios y con los prójimos. Significa ganar libertad frente a lo políticamente correcto y posicionarse en la vida con la sencillez y profundidad del Evangelio.
El objetivo no es ganar reconocimiento social a través del número de «like» que recibo. El objetivo es la vida verdadera, la vida libre. Y en ello tenemos que estar muy atentos, porque siempre necesitamos aprobación de los otros, pero ello no significa que tengamos que estar en esa actitud adolescente de búsqueda incansable de la aprobación. Ser libre es ser sujeto de las decisiones que uno toma, ¿te animas?
En exhibir lo íntimo o en inventar lo íntimo? Temo que las redes ni siquiera den para discernir la propia intimidad y la sustituyan por un «replicante» funcional con fecha de caducidad. En la misma línea del evangelio, qué bueno eso de Amos 5,21-24… Leído sin tanto cabreo eso sí. Eskerrik asko por la reflexión