Lecturas 14 de julio. Miércoles XV tiempo ordinario.
Dar las gracias a veces lo entendemos como si fuera un ejercicio de urbanidad para convivir civilizadamente. Dar las gracias a otra persona porque su intervención ha sido decisiva para mi situación, es otro nivel, otra pantalla en la que si hemos estado, el vínculo a la otra persona se fortalece especialmente desde la fragilidad.
Hoy Jesús ora dando gracias y especialmente por lo que ve que el Padre hace con los más pequeños. Muchas veces presentamos a Jesús haciendo cosas grandes y espectaculares, cura, enseña, resucita, disputa,…. Menos veces lo presentamos haciendo oración.
La oración de Jesús es una oración de gracias, que significa que se ve vinculado de manera estrecha al creador. Es una mirada que reconoce lo profundo de la realidad y en ella ve la mano del Padre que actúa. La oración del agredecido es la oración del enriquecido, la oración del agradecido es la oración del agraciado. No se hasta que punto nuestras prisas, nuestra cultura individualista, nos permiten parar, ver la realidad y agradecer como oración. El verano es una buena época: para y agradece.