Lecturas 28 de noviembre. Sábado Semana XXXIV Tiempo ordinario.
Hay días que creo que estamos con la mente embotadada. La prisa, las obligaciones, la velocidad, la agenda inalcanzable,… hacen que vivamos en modo autómata. Eso hace que no nos enteremos y olvidemos todo muy de prisa. Nos olvidamos de los por qué de las cosas que hacemos, nos olvidamos de cuidarnos, nos olvidamos de las víctimas e incluso nos olvidamos de nosotros mismos.
Jesús nos pide que estemos atentos. Los tiempos necesitan que estemos despiertos, con los sentidos avezados y dispuestos. Jesús con su vida y palabras nos dio muestras de cómo leía la realidad de su tiempo desde una mirada de Dios, una mirada que le abría la mente, pero sobre todo el corazón.
El Evangelio es todo lo contrario al opio y a cualquier otro analgésico de la realidad; es la invitación a vivir la vida a fondo. Lo contrario es señal de que algo falla en nuestros sistemas. Mañana comenzamos el adviento, estemos atentos.