1 de diciembre, lunes I de Adviento
En estos días de Adviento miramos un mundo que anda entre prisas y cansancio, con personas que buscan alivio en medio de incertidumbres. La realidad se parece a una ciudad que espera algo nuevo mientras lidia con heridas visibles y ocultas. Vivimos pendientes de gestos que devuelvan confianza y humanidad.
El encuentro del centurión con Jesús muestra una esperanza humilde que reconoce la vida que puede levantarnos. Él confía en una palabra que sana y abre un horizonte donde todos caben sin distinciones. Adviento anuncia la llegada de Aquel que viene a recomponer lo frágil y a ensanchar nuestra esperanza.
El Adviento es ocasión para abrir caminos de acogida a quienes llegan de oriente y occidente, y a dejarnos transformar por un modo más atento de estar en el mundo. Es la invitación a crear espacios donde el reconocimiento del otro se vuelva semilla de vida compartida. Feliz lunes.
