Lecturas 4 de julio. Sábado XIII semna del tiempo ordinario.
En toda institución humana hay una tensión entre lo viejo y lo nuevo, entre el conservador y el progresista, entre Pablo y Pedro. Unos tratan de cuidar, arreglar mantener aquello que funciona, que aunque pudiera funcionar mejor también lo pudiera hacer mucho peor. Otros en cambio son exploradores que van por nuevos caminos con sueños que llevan a otras realidades nuevas que luego requieren institucionalizar.
Jesús hoy nos presenta el diálogo con lo nuevo y lo viejo. Él trae algo nuevo que necesita de un contexto (odre) nuevo porque sino se estropea, Así Jesús con palabras de fiesta habla del conflicto de la vida entre lo nuevo del Evangelio y lo viejo de la Ley.
En nuestra Iglesia nos pasa lo mismo. Vemos que hay un contexto nuevo, vemos que hay un vino nuevo que es esta sociedad acelerada en el cambio y en la que descubrimos las profundas transformacionales que se han dado en relativamente poco tiempo. Y nos hemos quedado sin acompañar al novio, enredados en cómo tenemos que meter el vino en odres viejo, mientras que el vino nuevo ya se vende presentado en nuevas tecnologías. Aquí me acuerdo de los ángeles el día de la ascensión: Galileos, ¿qué hacéis mirando al cielo?
Obrigado pelo excelente artigo
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