Las Gafas de Ir por la Vida
Por Asun Ibáñez-Romero, Vicedecana del Campus de Donostia-San Sebastian de Deusto Business School
En mi rol como docente de la Universidad de Deusto suelo trabajar con mis estudiantes temas que, para mí, son apasionantes. Seguramente no todas ellas y ellos compartan mi entusiasmo, pero yo hago mío lo de “hagas lo que hagas, hazlo con pasión. Uno de esos temas tiene que ver con el comportamiento humano y, en concreto, con la percepción de la realidad. Nuestro querido Joserra Mandiola (coach del Programa de Innovación y emprendimiento – iNNoVaNDiS) que nos abandonó físicamente hace un par de años, pero sigue iluminándonos con sus enseñanzas, nos hablaba de “la persona observadora que soy”.
Ante una misma realidad, un mismo suceso, o un mismo impacto, cada persona podemos reaccionar de una manera diferente, sobre todo, si lo hacemos en modo automático, desde nuestra “preferencia espontánea”.
Cada cual portamos nuestra mochila, cargada con nuestra historia, aprendizajes, creencias, prejuicios, intereses, motivaciones… que nos hacen percibir cualquier acontecimiento con unas gafas muy concretas y, esa percepción va cargada de un juicio ante lo sucedido que nos hace sentir de una determinada manera y, en función de esos pensamientos y emociones, actuamos.
Si a esa ecuación añadimos que puede que tengamos acceso solo a una parte de lo ocurrido, bien porque alguien nos lo ha contado (obviamente nos cuenta lo que ha percibido con sus gafas), bien porque solo hemos visto parte, bien porque hemos visto pero no hemos escuchado, bien porque solo hemos leído un titular y no la noticia completa,… tantas variables que pueden entrar en juego… el conflicto está servido.
Voy a poner un ejemplo real que muchas personas habrán vivido alguna vez. Doy una entrevista para un periódico con un montón de temas interesantes, importantes y positivos entre los cuales hago una apreciación que, sacada de contexto y, sobre todo, si solo se lee como un titular, puede hacer daño a alguien. La o el periodista, que es una persona muy astuta, elige esa frase como titular a modo de “reclamo”, para que el mayor número de gente posible pinche en la noticia (quiero pensar que no es para hacer daño a nadie, por supuesto, cosa que también podría ocurrir).
Reacciones posibles:
- La persona a quien se hace referencia en la entrevista se siente dolida por lo que el titular sugiere porque siente en entredicho su buen hacer como profesional.
- Personas que solo leen el titular y comienzan a realizar juicios de valor sobre la persona entrevistada en función de lo que el titular dice.
- Personas lectoras de la entrevista completa que se centran en resaltar que la persona entrevistada es irrespetuosa porque ha dicho lo que el titular muestra. Obviamente lo ha dicho, de lo contrario, el o la periodista estarían faltando a la realidad.
- Personas lectoras de la entrevista completa que identifican el contenido positivo e interesante que sirve para restar valor al significado negativo que el titular muestra.
- Personas que cuestionan al periódico y/o periodista por elegir esa entrevista como algo interesante.
- Personas que critican al periodista por elegir ese titular.
- Una combinación de varias de estas reacciones y, seguramente, otras que se me pasan por alto.
Ha sucedido “A”, sí. Ha sucedido “B”, sí.
“A” puede herir a alguien (ni siquiera entro a analizar si “A” es negativo o no, con que haga daño a alguien me vale como negativo), sí. “B” puede poner en valor lo que ese alguien y/o su organización hacen, sí.
Dejando de lado a la persona que se ha sentido herida por ser quien es mencionada en le entrevista porque es humano y, por lo menos a mí, seguramente me habría pasado lo mismo (por lo menos en un primer momento), ¿qué gafas prefieres ponerte? ¿las que enfocan bien “A” y desenfocan “B” o las que enfocan bien “B” y desenfocan “A”? y, sobre todo ¿qué gafas le darías a la persona herida?
Uy, yo os dejo, que me voy a graduar la vista, ya ni con gafas…
Your writing style is clear and concise. Thank you for the easy read!