5 de junlio , Sábado de la XIII semana del tiempo ordinario
En un tiempo donde todo parece necesitar renovación; formas de trabajar, de vivir, de creer, también las comunidades buscan maneras nuevas de expresar lo que son y lo que desean ofrecer. Hoy, cuatro jesuitas dan un paso importante: serán ordenados sacerdotes en El Puerto de Santa María. Con ellos, muchas historias de búsqueda y servicio se entrelazan en un acto que es, sobre todo, promesa de entrega.
El Evangelio nos recuerda que no se puede contener vino nuevo en odres viejos; lo nuevo requiere formas nuevas, espacios capaces de acogerlo. Como los discípulos del Maestro, estos compañeros no ayunan porque celebran la presencia del Esposo; su camino ha sido de discernimiento, de dejarse transformar por dentro. Lo que hoy empieza es continuidad y es novedad: una vida ofrecida, moldeada para servir.
Aprovechemos también nosotros la invitación a renovarnos por dentro, a soltar viejos moldes para hacer sitio a lo que nace. Permitámonos celebrar sin miedo, discernir sin prisa y comprometernos sin reservas. Que seamos, juntos, buenos odres para el vino que viene. Feliz sábado.
