Faltó el vino

19 de enero, Domingo de la I semana del tiempo ordinario

Vivimos en un tiempo donde muchas personas experimentan la sensación de carencia; falta de tiempo, de esperanza, o de algo que no sabemos muy qué es. Notamos que nos falta algo esencial para la vida y así puede aprecer que la vida se nos bloquea.

El Evangelio nos invita a confiar y escuchar a Jesús, quien transforma nuestras realidades cuando ponemos en sus manos lo poco que tenemos. En Caná, el agua sencilla se convirtió en vino excelente porque los sirvientes hicieron lo que Él les pidió. Jesús no sólo llena lo que falta, sino que lo renueva con generosidad y calidad.

Hoy podríamos reconocer el «vino» falta en nuestra vida: paz, alegría, sentido, amor. Se trata de poner en juego lo que tenemos para que luego lo podamos celebrar a modo de una boda. Feliz domingo.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.