Lecturas 24 de noviembre. Martes Semana XXXIV Tiempo ordinario.
Una de las preguntas que más nos enredan es ¿cuándo va a ser eso? ¿Cuándo tendremos la vacuna? ¿Cuándo se va a casar? ¿Cuándo quedará embarazada? ¿Cuándo abrirán los bares? ¿Cuándo veré a quien quiero?,… Y éstas y muchas otras como éstas, son preguntas que nos trabajan la esperanza voluntaria o involuntariamente.
Jesús nos previene de las apariencias. En la vida acontecerán cosas grandes, espectaculares, y en la vida tratarán de engañarnos; pero nos invita a que sigamos en la fidelidad al Evangelio, al amor primero. El Evangelio no es sólo para cuando nos vaya bien, sino para cuando vienen mal dadas.
Ignacio en los Ejercicios al que lo pasa mal le da un consejo obvio, que tenga paciencia y que resista. Esperar a que cambien las cosas requiere paciencia y confianza en lo que uno vive y cree. Una paciencia que no es resignación, sino que está fundada en algo que nos permite hacer suelo donde apoyarnos para seguir caminando.