Lecturas 10 de junio, Miércoles X semana del tiempo ordinario
Muchas veces, por no decir casi siempre, sentimos que nos falta algo en la vida. Puede ser un libro, un hijo, un árbol o lo que sea, pero sentimos que nuestra vida está incompleta. La reflexión va por dos caminos. Por un lado somos una máquina gigante de generar deseos, que obviamente todos no se cumplen en la vida. Por otra vía estaría esa parte insatisfecha, protestona y gruñona que encontramos dentro de nosotros, donde todo nos parece poco.
Jesús viene a dar plenitud, y vemos que lo hace dándose del todo. Y ciertamente el resultado tampoco fue perfecto, pero probablemente nos enseñó lo importante; el camino hacia la plenitud, que es el encuentro con la humanidad.
Cada día elegimos nuestros pasos hacia una vida más o menos plena. A veces nos quedamos al tran tran, en un cómodo paso, otras veces las situaciones nos sobrepasan y en otras nos evadimos de nuestra propia vida. Deseamos que hoy también elijamos caminar hacia la vida abundante de la buena noticia.