23 de octubre, jueves de la XXIX semana del tiempo ordinario
Vivimos tiempos en los que se valora más la calma aparente que la transformación real. Preferimos la paz del consenso rápido antes que el esfuerzo del cambio profundo. Pero hay fuegos que no destruyen, sino que purifican; que no arrasan, sino que encienden lo dormido.
Jesús habla hoy con fuerza: “He venido a prender fuego a la tierra”. No se trata de violencia ni de imposición, sino del ardor que despierta la conciencia, del amor que sacude la indiferencia. Ese fuego es pasión por la verdad, por la justicia y por una humanidad más viva.
Dejémonos alcanzar por ese fuego que transforma lo tibio en impulso. Encendamos en nosotros y en nuestro entorno la llama que ilumina y da calor. Que arda en nuestras manos el deseo de cambiar el mundo, empezando por lo que somos y hacemos. Feliz jueves.
