7 de mayo, Miércoles III de Pascua
Vivimos en un mundo de abundancia material que convive con la inseguridad alimentaria que afecta a millones de personas. Así, la búsqueda de sustento material consume enormes energías cada día.
La esencia de este mensaje radica en un alimento que va más allá de lo obvio. Nos invita a a creer en algo que sacia permanentemente nuestra hambre más profunda y que nos vincula con una voluntad que nos acoge sin condiciones.
Hoy podríamos colaborar en crear espacios donde nadie sea rechazado, donde el sustento vital sea accesible a todos, y donde nuestras acciones cotidianas puedan trascender la inmediatez para construir una comunidad más humana y solidaria. Feliz miércoles.
