Lecturas 22 de agosto. Sábado XX tiempo ordinario.
Es habitual que nuestras palabras se adelanten a nuestros hechos, el problema es la distancia que hay entre lo que se hace y lo se dice. Lo vemos con frecuencia en los relatos que construyen los políticos o distintas empresas e instituciones, donde el relato y la realidad a veces no van de la mano.
Lo llamativo de Jesús es la proximidad que hay entre lo que dice y hace, sus hechos hablan de sus dichos, y estos a su vez hablan de sus hechos. Esta coherencia de la vida de Jesús fue lo que le hizo ser creíble.
En tiempos de posverdad, de estrategias de comunicación, de fake-news, de vidas expuestas en instagram, cada vez anhelamos más la sencilla y complicada verdad. Tenemos deseos (o al menos deseos de deseos) de verdad, de que no traten de engañarnos (manipularnos), pero a la vez también deseamos que nuestras vidas sean cada vez más verdaderas, más coherentes, más unificadas y más libres. Tal vez que Jesús nos pueda ayudar en ello.
![](https://scontent-mad1-1.cdninstagram.com/v/t51.2885-15/sh0.08/e35/s640x640/117891672_399484687693284_9064751056704350102_n.jpg?_nc_ht=scontent-mad1-1.cdninstagram.com&_nc_cat=100&_nc_ohc=YIfLJzJEzX8AX-uxQDz&oh=9f4c5f974e1427a6f3f9e0156eabb1c3&oe=5F6A3E8D)
Excelente párrafo final