10 de junio, Martes de la X semana del tiempo ordinario
Hay quien teme destacar por pensar distinto, brillar puede parecer una osadía en medio del rebaño. Nos rodean mensajes que invitan a pasar desapercibidos, a diluirse en la masa. Sin embargo, la autenticidad sigue siendo necesaria.
Jesús nos recuerda que somos sal y luz: elementos aparentemente sencillos pero imprescindibles para la vida. Estamos llamados a cudiar lo valioso y a alumbrar lo invisible, no por vanidad, sino por vocación. Lo importante no es el brillo en sí, sino lo que permite ver.
Hoy podríamos tratar de reconocer lo que somos capaces de aportar y no esconder nuestra luz bajo el miedo o la costumbre. Seamos audaces en el bien, constantes en la verdad, y generosos en lo que compartimos. Que nuestra vida sea sabor y claridad para otros. Feliz martes.
