6 de junio, Viernes de la VII semana de Pascua
En tiempos de rentabilidad y utilidad, hablar de amor como entrega total suena a contracorriente. La fidelidad, la ternura y el cuidado han quedado arrinconados. Sin embargo, seguimos necesitando que se nos pregunte con verdad: ¿de verdad amas?
El relato evangélico nos muestra a Pedro, frágil pero sincero, que reencuentra su lugar desde el amor. Jesús no le pide perfección, sino disponibilidad para cuidar, acompañar y dar vida. A amar se aprende caminando, volviendo a empezar, siguiendo una llamada que compromete.
Tratemos de responder a la pregunta que está ahí: ¿de verdad me amas? Atrevámonos a responder desde lo que somos y no desde lo que aparentamos. Y dispongámonos, juntos, a cuidar lo que importa y a seguir el camino de la vida. Feliz viernes.
