12 de marzo, Miércoles I semana de Cuaresma
Vivimos en un tiempo de constantes exigencias de pruebas, donde la duda se ha convertido en norma y la fe parece necesitar demostraciones. Buscamos señales extraordinarias que nos confirmen lo que, en el fondo de nuestro corazón, ya sabemos. Corremos el riesgo de no ver lo que ya tenemos delante.
Jesús nos recuerda que no hacen falta más signos que su propia presencia y su mensaje de vida. Como Jonás para Nínive, Él es la señal definitiva que invita a la conversión. Su sabiduría y su amor superan cualquier prueba que podamos exigir, porque ya están aquí, esperando nuestra respuesta.
Sin querer nos solemos quedar esperando lo espectacular cuando lo esencial ya nos ha sido dado y lo tenemos al alcance de la mano. Se trata de abrir los ojos y el corazón para que vean lo importante y nos movamos en esa clave más allá d ela espectacularidad. Feliz miércoles.
