Lecturas 15 de abril, miércoles 1ª semana de Pascua
Hay situaciones vitales, como esta del confinamiento en las que nos podemos sentir apáticos, sin fuerza y un poco planos. Y este sentimiento, pero agudizado, fue el de los discípulos de Emaús, que vuelven a su anterior vida, desilusionados por el final de la vida de Jesús. La desilusión, que algunos achacan a nuestro momento cultural, apaga la fuerza de nuestros corazones, que ya ni siente ni padece y simplemente está ahí.
Los discípulos necesitaron que Jesús saliera a su camino, necesitaron hacer memoria de su historia de salvación, necesitaron compartir el pan, para que al final, sorprendidos, descubrieron que les ardía el corazón. Entonces, cambiaron, se pusieron en marcha y de prisa regresaron a la comunidad a compartir su experiencia al ver y sentir que su corazón dejaba de ser de piedra y se convertía en un corazón de carne.
La pista de hoy es recorrer el camino de los discípulos; dejarse encontrar por Jesús, hacer memoria del regalo de nuestra vida y compartir el pan. Parece fácil, y necesitamos ayuda; de compañeros de camino, de comunidad, de tener tiempo para hacer memoria y sobre todo la de Jesús. Ignacio de Loyola hablará de consolación, que me imagino que tiene mucho que ver con eso de: ¿no ardía vuestro corazón?