Vivimos en tiempos donde la competición y el individualismo parecen dominar todas las relaciones humanas. Los signos que nuestra sociedad celebra son los del éxito personal frente al servicio de la comunidad.
Jesús nos hace un enorme signo de amor poniéndose a limpiar los pies de sus amigos. Enseña con el ejemplo y pone patas arriba lo socialmente establecido. El gesto de Jesús será tan profundo que luego toda la Iglesia recordará esta cena de amigos.
Nuestro mundo necesita de signos que enseñen y muestren que podemos vivir juntos de otra manera. Necesitamos de personas que se agachen contra lo que entendemos por éxito y se acerquen a los pies y a las heridas del prójimo. Feliz jueves santo.
