29 de junio, Domingo. San Pedro y San Pablo
En un tiempo de identidades frágiles y líquidas, y relatos fragmentados, no resulta extraño que muchos se pregunten quiénes son realmente. Las redes sociales permiten mostrarse de mil formas, pero no siempre ayudan a encontrar una verdad más honda. Hoy, en la fiesta de San Pedro y San Pablo, celebramos a quienes se atrevieron a responder desde lo más profundo de su ser.
El evangelio nos recuerda que no basta con repetir lo que dicen otros: hay momentos en que hemos de responder con autenticidad. Pedro se atreve a pronunciar su propia palabra, y ese acto se vuelve fundamento. La confianza que recibe muestra que el camino comienza cuando uno se deja interpelar desde lo profundo.
Hoy podríamos detenernos y mirar hacia dentro. Tal vez no hallemos todas las respuestas, pero sí la certeza de que hay preguntas que merecen ser acogidas con valentía. Y que somos más firmes cuando sabemos desde dónde y hacia dónde caminamos.
