7 de marzo, Viernes después de Ceniza
Vivimos en tiempos de prisas y exigencias, donde a menudo medimos nuestra fe en base a prácticas externas. Nos preocupa hacer lo correcto, cumplir con las normas visibles, pero olvidamos preguntarnos por el sentido profundo de lo que hacemos.
Jesús nos recuerda que la fe no es solo una cuestión de ritos, sino de encuentro. No se trata de ayunar por obligación, sino de reconocer la presencia del Esposo en la fiesta de nuestra vida. Hay momentos para la alegría y momentos para la austeridad, pero todo cobra sentido cuando el centro es Cristo.
Hoy podríamos parar para darle una vuelta al desde dónde nos vivimos. Si el cerntro de lo que hacemos somos nosotros mismos y entonces estamos (re)plegados sobre nosotros, o ponemos el centro y el corazón en los otros. Feliz viernes.
