Permanecer para dar fruto

21 de mayo, Miércoles V de Pascua

Vivimos tiempos de inmediatez y desconexión, donde las relaciones, los proyectos y hasta los ideales se debilitan si no producen resultados rápidos. Sin embargo, todo lo que verdaderamente importa necesita tiempo, cuidado y raíces profundas.

El Evangelio nos recuerda que solo dando continuidad y profundidad a nuestras opciones es posible madurar y ofrecer algo valioso al mundo. El vínculo que sostiene y nutre nuestras vidas, como la relación con Dios, no se improvisa: exige constancia, escucha y coherencia.

Hoy podríamos mirar dónde nos arraigamos y a quién confiamos nuestro crecimiento. Preguntémonos si lo que cultivamos nos fortalece o nos seca y decidámonos, juntos, a cuidar aquello que nos hace dar fruto para otros. Feliz miércoles.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.