ESME Junior Empresa: De la experiencia a la pasión

Por Marta Escudero, 11G

What will you learn today? A question on a slate blackboard against red barn wood

¿Cuántas veces nos han formulado la pregunta del millón, qué nos gusta o qué nos apasiona? La mayoría de las veces, sin una reflexión previa y queriendo contestar algo que vaya más allá de lo típico, nos cuesta responder a esta pregunta. Siempre me he preguntado el porqué de esto, el porqué de no saber lo que realmente nos apasiona, a lo que le dedicaríamos tiempo de nuestro día a día. Pues bien, cuando me animaron a escribir un post, realmente no sabía de qué hablar o qué podía ser un tema interesante. Dijeron que era sencillo, un par de ideas sobre un tema que me gustara, reflexionar sobre ello, coger lápiz y papel y al lío. Sin embargo, nunca me había planteado lo que realmente me gustaba. En este momento, de lo que me di cuenta fue que las experiencias que tenemos en la vida marcan nuestro día a día y, en consecuencia, van dirigiéndonos a lo que pueden llegar a ser nuestras pasiones.

Tras realizar esta reflexión me he dado cuenta de la importancia y el papel que ha jugado en mi recorrido por la Universidad y, por supuesto, en mi vida, ESME, la Junior Empresa formada por alumnos de ADE y dobles grados de la DBS. Existen varias definiciones sobre el concepto de Junior Empresa pero creo que la siguiente es la que mejor encaja: organización sin ánimo de lucro gestionada y dirigida por alumnos de una universidad. Estas organizaciones permiten a los estudiantes obtener una experiencia en el ámbito laboral gracias a los proyectos profesionales que se realizan y la autogestión de la asociación. Sin embargo, considero que una junior empresa es algo más que todo esto. Es una fuente de conocimiento brutal para todo aquel que sabe aprovecharlo. En este tipo de asociaciones no se estudia, se vive, se trabaja porque se quiere sin obtener ninguna ayuda monetaria pero obteniendo algo mucho más valioso: el aprendizaje. Por supuesto, está claro que no todos los socios aprovechan su paso por la organización de la misma forma, pero los que realmente viven y disfrutan de todo el recorrido lo hacen con muchas ganas y con pasión desde principio a fin. Lo bonito del paso por una JE es que jugamos a ser empresarios. Es nuestra primera experiencia en el mundo laboral con proyectos a los que hacer frente y con personas a las que dirigir (esto, nos puede llevar muy lejos, a experimentar mil cosas). Y lo más bonito de todo es reflexionar tras todo el recorrido de lo que realmente hemos vivido y aprendido.

Desde la experiencia de estar un año como Directora del Departamento de Relaciones Externas y, hoy en día, ocupando el puesto de Presidencia, lo que me llevo es la capacidad adquirida de liderar un equipo y gestionar personas, siempre teniendo en cuenta la importancia de la autogestión. Cada persona es un mundo diferente, no hay dos iguales y, a la hora de trabajar, esto supone una dificultad añadida ya que, por un lado, están los objetivos personales de cada uno y, por otro, los objetivos de la Asociación en su conjunto. Por tanto, hay que tratar de conocer los objetivos de los socios e intentar integrarlos de la mejor manera posible con los objetivos del equipo para lograr así un equilibrio. Es importante gestionar, además, la frustración pero, lo es aún más, el éxito ya que el halago nos hace débiles. No se puede contar con los dedos de una mano la de veces que llegamos a plantearnos tirar la toalla, la de veces que nos caemos y volvemos a levantarnos. Pero tampoco se puede medir la motivación y la energía que desprendemos por tratar de lograr aquello que no pudimos lograr el día anterior. Porque, si algo te gusta, no te importa dedicarle todo el tiempo del mundo. Cabe destacar también la importancia que tiene el compromiso dentro de una junior y, lo mejor de todo es cuando nos damos cuenta de lo que realmente somos capaces de hacer porque si hay algo que realmente aprendemos de cada experiencia, es conocerse a uno mismo.

Me gusta lo típico: viajar, la música, conocer diferentes culturas y diferente gente, compartir momentos con familiares y amigos pero, si hay algo que me apasiona de verdad, es aprender de mis experiencias (todos los días se aprende algo nuevo), abordar diferentes retos y tomar acción para cambiar aquellas cosas que no me gustan; siempre afrontando todo desde el valor, que al fin y al cabo, no es la ausencia del miedo, es la capacidad de gestionarlo.

marta2

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1 respuesta

  1. stumble guys dice:

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