¿Por qué es la escena musical islandesa innovadora?
Por Julen Zalacain | 11G
Hoy en día hablar de afamadas artistas como Björk o bandas de la talla de Sigur Rós supone, sin duda, para más de alguna persona que se autoproclame melómana, poner en su boca un referente, un agente de cambio que ha agitado, en mayor o menor medida, la escena musical mundial. Además, inevitablemente, un hilo conductor une a estos artistas con su país de origen: Islandia. Una especie de aura que mezcla misterio y creatividad parece rodear a todo islandés o islandesa que utiliza una guitarra, un sintetizador, un micrófono para expresar sus ideas. Así se ve, por lo menos, a través de los ojos del mundo.
La creencia popular es, explicada de manera resumida, que los y las artistas islandesas están altamente influidas por la exótica y singular naturaleza de la isla y las particulares creencias mitológicas del país. Esto constituye una afirmación falsa, una imagen construida que maximiza las características místicas de la música proveniente de Islandia para crear un falso reflejo que pretende resultar atractivo por su rareza.
En realidad, tras independizarse de Dinamarca en la década de los 50, el país comenzó a abrir sus puertas a toda forma de cultura existente. La influencia del punk dos décadas después fue el detonante para que los y las islandesas adquiriesen una mentalidad do-it-yourself, comenzando a fomentar la creatividad y la música como formas de expresión. Hoy en día, dicha filosofía está más presente que nunca, resultando en una densa y diversa red de músicos que, en realidad, buscan un arte práctico y funcional, pero también emocional. No intentan encontrar algo creativo e innovador sólo para alcanzar el éxito económico, sino que su deseo de hallar la mejor manera de expresarse está tan intrínseca que la creatividad nace de manera muy natural. Por lo tanto, es posible afirmar que en Islandia se da una innovación cultural.
A continuación, se explicará de manera sucinta porque la música islandesa es innovadora, utilizando como guía las cinco leyes de la innovación incluidas en el libro Teoría (imperfecta) de la Innovación de José Luis Larrea y exponiendo a Björk y Sigur Rós como ejemplo:
Primera ley: El círculo de Leonardo
Sólo se producirá innovación sostenible que aporte un valor reconocido si equilibramos la creatividad y la modelización sobre la base de unos valores.
El mayor exponente de esta ley podría ser el Biophilia Educational Project de Björk. En 2011, la artista lanzó el primer album-app de la historia, Biophilia, incluyendo unas aplicaciones para iPad por canción y con las cuales, mediante la temática del disco (la conexión entre la naturaleza, los humanos y la tecnología), se pueden aprender aspectos musicales como las escalas o los arpegios. Así el objetivo de Björk es implantar este sistema en colegios de todo el mundo, para que los estudiantes puedan trabajar su potencial de composición basándose en elementos de la naturaleza, en aras de aprender el respeto hacia el mundo y la música. En otras palabras, se consigue materializar una idea compleja y hacerla transmisible de manera adecuada.
De momento, Biophilia Educational Project se ha implantado con éxito en algunas escuelas de Escandinavia, consiguiendo así modelizar este tipo de educación. Aunque, al ser un proyecto tan reciente, todavía queda comprobar si es sostenible en el tiempo
Segunda ley: El combate
La innovación sostenible y competitiva exige gestionar las contradicciones inherentes a todo proceso evolutivo.
Cuando la banda Sigur Rós comenzó a componer sus canciones, poco a poco se fue desarrollando la costumbre de escribir las letras en Hopelandic, una lengua inventada que mezcla el islandés y un idioma adicional creado por el propio grupo. Fue una apuesta arriesgada, ya que la transmisión del mensaje de las canciones podría resultar ineficaz, pero el problema se solvento de manera correcta cuando el público entendió esta decisión como una oportunidad para facilitar una interpretación libre y personal de los temas.
Con este ejemplo es posible observar como Sigur Rós hace de lo contradictorio algo complementario. La banda supo aprovechar su aparente problema para crear algo que añadiera valor y que fuese sostenible en el tiempo por su peculiaridad, además de convertirse en su seña de identidad principal.
Tercera ley: La aventura
Una persona u organización que aspira a ser innovadora debe aprender a convivir con más preguntas que respuestas, y a disfrutar con ello.
Si de algo se caracterizan los artistas islandeses, es de no conformarse con lo obtenido, de seguir investigando y experimentando hasta encontrar la mejor manera de expresión. Para ello, es esencial no dejar de hacerse preguntas y mitigar la incertidumbre intentando reducir el tiempo de respuesta.
Björk ha utilizado diversos instrumentos poco comunes a lo largo de su carrera. Para la gira Voltaic insistió en hacer uso de una versión finalizada del prototipo del Reactable, un instrumento musical electrónico desarrollado en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Para el ya mencionado Biophilia ella misma diseño el Gameleste e hizo uso del Sharpsichord de Henry Dagg, obteniendo así sonidos atípicos y novedosos para sus canciones. En todo los caso, Björk se convirtió en la primera artista en utilizar los instrumentos mencionados sin saber si el resultado sería satisfactorio.
Cuarta ley: El desafío
El desafío de la innovación está en el universo de los valores marginales.
Los y las artistas islandesas aprovechan lo desconocido para enriquecer sus producciones, a menudo involucrando al público en la creación de sus obras.
Por ejemplo, Björk llevó a cabo un concurso con sus fans, en el cual estos tenían que elaborar un vídeo para la canción “Innocence” (Volta), mientras que Sigur Rós hicieron otra competición que consistía en elaborar un remix con la canción “Gobbledigook” (Með suð í eyrum við spilum endalaust).
Se puede observar cómo estos dos artistas islandeses van más allá de las fronteras conocidas y, estableciendo una relación más cercana con sus seguidores, consiguen retroalimentarse de una manera muy enriquecedora. El desafío de proponer métodos de puesta en contacto con sus fans les hace diferenciarse de muchos grupos del sector occidental, creando así una relación más práctica con aquellos que escuchan su música.
Quinta ley: El tiempo
La innovación vive en el tiempo y exige una adecuada gestión del mismo para que se produzca y sea sostenible.
Volvemos, una vez más, a Björk la cual cuenta con dos álbumes que hoy en día gozan de un gran reconocimiento internacional: Debut (1993) y Post (1995). Cuando ambos cumplieron 20 años (en 2013 y 2015, respectivamente), ambos fueron elogiados en artículos de publicaciones como The Guardian y Stereogum, remarcando el impacto de cada uno en el momento de su lanzamiento y la influencia que ambos han tenido a lo largo de los años.
Por otro lado, Thorsteinn Stepehnsen, uno de los creadores del festival musical más importante de Islandia, el Iceland Airwaves, afirmó que el crecimiento de la música islandesa y su apertura al mundo debería ser pausada para que el mundo aprenda a apreciarla:
“We have always tried to keep our foot on the brake when it comes to growing in size. If the festival gets too big too fast we will lose control of the atmosphere. We try to keep our focus on improving the quality…we are not looking at turning Airwaves into a mass festival” (Sullivan en Prior, 2015: 95).
De esta manera, los islandeses intentan equilibrar y gestionar el tiempo para que el propósito de que el mundo conozca su música llegue a buen puerto.
Por lo tanto, es posible afirmar que la escena musical islandesa, como clara innovadora, se encuentra en todo momento en constante cambio y ha conseguido generar impacto en la sociedad de una manera sostenible. Ahora, existen nuevas vías de crear arte mediante el sonido, y nace del ansia de saciar las ganas de descubrir nuevos horizontes, los resultados tan innovadores los islandeses han logrado y que seguramente seguirán logrando.
(Entrada adaptada del proyecto The real Iceland: A walk through the unconditional love towards music de Teresa Illumbe Arrillaga, Luis Suárez Bueno y Julen Zalacain Ancín (11Gs), disponible para todo aquel que desee información más completa).
Me ha gustado mucho la perspectiva con la que has abordado el tema. Muy fan de Björk y Sigur Rós, sí lo confieso : ), y verlos desde este prisma #NLI ha sido distinto. Además, me has hecho recordar la oportunidad que tuve de probar el prototipo del Reactable en la Pompeu Fabra donde estudié en su día (puf hace cuanto…) y fue muy divertido; totalmente novedoso. Aunque no conseguí que sonara nada decente, jajaj…
¡Me alegro, Ruth!
¡¡El trabajo original lo hicimos Luis 11G, Teresa 11G y yo, y aprendimos un montón!!
Oye, ¡¡qué pasada que hayas probado el Reactableee!! :O
¡Gracias por compartir Julen! Yo tb ‘probé ‘ la reactable allá por el 2007 en BCN (en el Re’07) y no salió nada decente pero fue taaaaaan divertido… 🙂
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