Seguimos cambiando silenciosamente el mundo #BeChange

Por Asun Ibáñez, vicedecana de campus DBS en Donostia

Toda la crew de iNNoVaNDiS tenemos un compromiso: cada vez que acabamos un taller, escribimos un post compartiendo la experiencia. En mi caso, mi taller es conocido como Be Change. La asignatura, en realidad, se llama “Orientación Personal, Liderazgo y Compromiso Social” pero, como nos gusta buscar nombres cortos y sugerentes, antes de que lxs iNNoVaNDeRs optasen por llamarle OPLCS, elegimos #bechange porque ese nombre resume muy bien lo que buscamos. Ahora que hemos terminado con este taller, en lo que respecta al curso académico 22/23, me gustaría compartir mi reflexión acerca de los principales aprendizajes que me llevo en la mochila como resultado de #bechange.

Este taller representa el primer contacto que lxs iNNoVaNDeRs tienen con el Programa en Innovación y Emprendimiento (iNNoVaNDiS), así que pretendemos acercarles a la persona emprendedora, que conozcan su perfil, se miren en su reflejo e inicien su cambio para parecerse lo máximo posible a ella. Trabajamos sobre las actitudes y valores a desarrollar, jugamos con actividades para entrenar nuestra inteligencia emocional, vemos vídeos y charlamos con personas que nos hagan reflexionar sobre nuestra responsabilidad e introducimos herramientas como el proceso de Design Thinking (con las que trabajarán más y mejor en asignaturas posteriores), y nos planteamos qué supone tener éxito y fracasar.

Como ocurre en todos los talleres de iNNoVaNDiS, en este caso también abordamos retos que ponen a lxs iNNoVaNDeRs frente a situaciones reales a las que deben responder. Trabajamos sobre retos sostenibles porque somos de la opinión de que “no todo vale”, y que la creación de empresa y la innovación deben sustentarse sobre la base de unos sólidos valores sociales. 

En concreto, en #bechange abordamos dos grandes retos. Uno individual, gracias a Iñigo Benedicto, socio fundador de Sinnple, que nos permite utilizar su aplicación ActuEight, y otro grupal sobre los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. Este año, para contextualizar este segundo reto grupal, además, hemos tenido la suerte de trabajar junto a la ONG Alboan en el proyecto Somos Amazonía.

El reto individual pretende que nos demos cuenta de lo que supone para nosotras y nosotros adquirir nuevos hábitos o cambiar los que tenemos. Eso nos saca de nuestra zona de confort y podemos reflexionar de los obstáculos que encontramos en el proceso. No podemos pretender cambiar nada sin cambiarnos primero nosotras y nosotros. De hecho, en cuanto nosotras y nosotros cambiamos, todo lo demás también cambia.

En el marco del reto grupal pudimos realizar una experiencia inmersiva en la naturaleza que nos acercó a darnos cuenta de que SOMOS naturaleza y, por tanto, no cuidarla supondría no cuidarnos a nosotras y nosotros. En esta experiencia exploramos conceptos que nos acercan a la sostenibilidad, la justicia social y la defensa del medio ambiente, removiendo conciencias e inspirando para trabajar la competencia ecosocial, que solo es posible si las personas asumimos lo que implica nuestra radical interdependencia y ecodependencia, la concepción de que formamos parte de entramados ecosistémicos que trascienden al ser humano y de los que dependemos.

En la película Avatar explican lo que sucede bajo un bosque donde se extiende una densa red de conexiones que sirve a los árboles para comunicarse unos con otros. De hecho, la ecóloga forestal Suzanne Simard descubrió que los árboles del bosque están conectados por una red de raíces y micorrizas, a través de la cual transfieren nutrientes de unos a otros. Teo (2017) cita a esta autora para explicar que “las micorrizas son asociaciones simbióticas entre hongos (mykós en griego) y raíces (riza) de plantas. Las hifas o filamentos de los hongos movilizan y transportan los nutrientes minerales del suelo hasta las raíces de las plantas, mientras que el hongo recibe a cambio hidratos de carbono fotosintetizados por la planta. Parece que las redes micorrícicas conectan los árboles del bosque y a través de este complejo entramado no solo circulan nutrientes, sino también señales bioquímicas y eléctricas de un árbol a otro. Curioso ¿verdad?

Me gustaría compartir aquí, algunas de las reflexiones de las personas que participaron en esta actividad (gracias Violeta Clar por la explotación de los datos). Como aprendizajes han destacado: “desconectar del mundo urbano y conectar con la naturaleza” y “Aprender sobre la sostenibilidad, concienciarse sobre el problema ecológico y descubrir que pueden aportar ellos como individuos”. Se van con la ida principal de que: “somos unas personas privilegiadas”, “somos parte del problema ecológico, porque todas nuestras acciones tienen repercusiones a nivel global” y “debemos ser parte de la solución, tenemos una responsabilidad colectiva”. Se sienten más capaces, entre otras cosas, de “empatizar”, “ver la naturaleza de otra manera” y “asumir la responsabilidad que tengo sobre mi entorno”. Y consideran que han cambiado para bien en la percepción de la naturaleza, la conciencia de los efectos de sus acciones y aumentado el conocimiento de lo que les rodea.

Valoración global de la experiencia con una palabra:

Seguid así, iNNoVaNDeRs, como el colibrí del cuento…haciendo todo lo que está en vuestras manos, por pequeño que sea, para cambiar silenciosamente el mundo… Thank you for being.

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4 Respuestas

  1. firoz dice:

    this post is very https://google.com/ wonderfulland attrective

  2. Progress is the most important!

  3. It appears that mycorrhizal networks link the forest’s trees, and it is through this intricate web that not only do nutrients but also biochemical and electrical signals travel from one tree to the next.

  4. It’s so great. Your work is truly meaningful

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