Al partir el pan

23 de abril, Miércoles de la Octava de Pascua

En estos tiempos de incertidumbre, en ocasiones caminamos desorientados y con tristeza, incapaces de descubrir lo fundamental de la vida. Nuestros ojos, preocupados por tantas cosas , pueden volverse incapaces de reconocer la esperanza que hay entre nosotros.

Este Evangelio nos recuerda que es precisamente en medio de nuestras dudas y desánimos cuando Cristo se hace compañero de camino. Él, que siempre toma la iniciativa, se acerca con discreción y escucha pacientemente nuestros temores, para luego revelarse en la sencillez de un gesto cotidiano: el partir el pan. Es en ese gesto humilde donde se abren nuestros ojos, nuestro corazón arde, y reconocemos que Él nunca ha estado ausente.

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