Cuando el tiempo no se entiende

29 de mayo, jueves VI de Pascua

Vivimos tiempos en los que el “poco” se ha vuelto impreciso: queremos resultados inmediatos, respuestas claras, certezas sin demora. Pero la vida, con sus ritmos imprevisibles, no siempre se ajusta a nuestros relojes ni a nuestras expectativas y los procesos de la vida tienen su propio tiempo, que no necesariamente es el que nos gustaría.

El Evangelio de hoy nos recuerda que hay momentos de ausencia, de confusión y de dolor, pero que no son el final. En medio de las dudas y la incertidumbre surge la convicción de Jesús que nos dice que nuestra alegría será plena.

Hablan de gestionar la incertidumbre. Tal vez sea reconocer con humildad que no controlamos todos los aspectos de la vida, y con ello entender y descubrir lo que los procesos nos traen, tiempo de transformación. Feliz jueves.

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