21 de abril, Lunes de la Octava de Pascua
En un tiempo donde las noticias falsas se propagan con rapidez y se manipulan relatos para ocultar la verdad, también hoy seguimos siendo testigos de cómo se intenta silenciar lo que incomoda. La mentira tiene recursos, poder y altavoces. Pero la verdad, aunque discreta, no deja de abrirse paso.
El Evangelio nos muestra a las mujeres que, aún con miedo, corren a compartir la alegría de una Vida más poderosa que la muerte. Frente a la oscuridad de la manipulación, Jesús se deja encontrar y llama por su nombre a quienes le buscan. Su palabra ilumina, reconforta y envía.
Hoy se nos invita a elegir: ¿el camino de la complicidad o el de la esperanza? Dispongámonos, pues, a caminar hacia la esperanza de cada día. Allí, en lo cotidiano, nos aguarda el Resucitado para renovar nuestra alegría y nuestro coraje.
