5 de mayo, Lunes III de Pascua
Vivimos un tiempo marcado por la inmediatez y la búsqueda constante de satisfacción, corremos tras lo que calma el ansia del momento. Vivimos pendientes de la última actualización, la nueva tendencia, lo que llena brevemente pero no nos transforma. Pero, tras cada novedad, vuelve el mismo vacío.
El Evangelio de Juan nos pregunta qué buscamos realmente. Jesús invita a mirar más allá del pan inmediato, más allá del éxito o del confort, y a descubrir un alimento que permanece. No es solo saciar el cuerpo, sino abrir el corazón a lo que da vida verdadera.
Hoy, aunque sea lunes, podríamos parar la velocidad, silenciar el ruido y afinar el deseo. Busquemos con hondura, sin conformarnos con lo superficial. Y en el camino, descubramos juntos aquello que nos nutre de verdad y nos llama a vivir con plenitud. Feliz lunes.
