13 de mayo, Martes IV de Pascua.
En tiempos de incertidumbre, buscamos señales claras. Queremos respuestas rápidas, afirmaciones rotundas, certezas que nos eviten dudar. Pero muchas veces lo más verdadero no grita, sino que se muestra en gestos y en vida cotidiana y compartida.
Juan nos recuerda que las palabras, sin obras, no convencen. Jesús no se impone, sino que nos invita a mirar lo que hace, a escuchar desde el corazón, a reconocer en el encuentro una voz que llama y acompaña.
Podríamos hacer el esfuerzo de escuchar más allá del ruido, a confiar en lo que permanece, de seguir la huella de lo auténtico. Es el reto de prestar atención a lo que realmente importa en medio de la velocidad. Feliz martes.
