14 de mayo, Miércoles IV de Pascua. San Matías, apóstol
Vivimos tiempos de vínculos y relaciones efímeras, donde la amistad profunda parece diluirse entre mensajes rápidos y promesas fugaces. Sin embargo, seguimos anhelando relaciones auténticas que nos sostengan y den sentido. Frente al aislamiento individualista, surge la necesidad de pertenecer y de cuidar.
Estamos hechos para amar y ser amados, para permanecer en vínculos que den alegría plena. No como siervos, sino como amigos, llamados a dar la vida en gestos concretos de entrega, reciprocidad y fidelidad: al modo de Dios.
Hoy podríamos mirar a esas relaciones en las que estamos y permanecemos. Es una invitación al cuidado mutuo, a la escucha y a celebrar la amistad. Que nuestra forma de estar en el mundo refleje esa presencia en el amor. Feliz miércoles.
